Dice de los colores: "Los tonos no deben de expresar un sentimiento ni deben provocar una reacción emotiva en el observador. No se trata sólo de liberar a los colores de su significado como cosas, sino también de su valor psíquico de expresión para poner en evidencia sus propiedades inmanentes..."
¡Ah, el rojo en sí! ¡Ah, el puro amarillo! ¡Cuánta beatería revolucionaria!
¿Hemingway fue el que dijo que los signos de admiración eran siempre de mal gusto? ¡Tenía razón!
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