domingo, septiembre 27, 2015

Baxter: aristotélico botánico; platónico solaz

Los pequeños espacios abiertos de una ciudad son indispensables para un proyecto destinado al esparcimiento público. Su contraste  con el entorno urbano es gratificante: refrescan la mirada con el verdor de la yerba y los árboles, y la deleitan con la belleza de las plantas en flor. Ofrecen espacios oxigenados a las poblaciones densas, son un refugio contra el calor y las molestias, son lugares para la interacción social al aire libre y espacios para el solaz de los jóvenes.
         El intercambio social es un aspecto de la mayor relevancia. Quienquiera que haya pasado alguna temporada en alguna ciudad mexicana, por fuerza habrá apreciado el notorio papel que desempeña la plaza pública –zócalo, el paseo, la alameda– en la vida de las personas. La plaza, con su jardín central y su banda de música tocando en las noches cálidas, es una especie de club público gratuito. Es esta función de club público al aire libre la que se debe tener en mente al diseñar un pequeño espacio al aire libre dentro de la ciudad.

Sylvester Baxter, 1897. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario