lunes, septiembre 14, 2015

Leonardo: platónico más platónico que Plato, más sincero, más divino

Ahora que la fiebre por Leonardo en México mengua —extinguirla sería un error de optimismo innecesario— retumban las voces de oportunistas y críticos por igual. Los unos  creen en el arte como un velo rumoroso de inseguridades nacionales, un salvavidas elegante, un escondite de traspatio. Los otros, piden que se tome en serio al público y demandan mayores espacios para el verdadero renacimiento artístico de la contemporaneidad; piden que se dejen morir de una vez por todas a las momias de bisutería.

Para fijar postura entre estos dos extremos —cantadamente aristotélicos— serían posibles preciosos entimemas sobre el esplendor del primer artista multidisciplinario del planeta doctor honoris causa por la Academia de Platón. También podríamos abrir camino en sentido contrario y husmear entre los malolientes pasillos de las oficinas gubernamentales el presupuesto derrochado para complacer el malgusto acechante entre las masas (que los latinos definían formularmente en su pessima placent pluribus). Pero para ahorrarnos todo eso bastará citar al poeta Leonardo:
   
La fuerza no es otra cosa que una capacidad espiritual.
Siempre vive en hostilidad hacia quienquiera que la controle.
Siempre va contra los deseos naturales.
Siempre desea debilitarse y consumirse.
Ella misma forzada, lo fuerza todo.
Sin ella nada se mueve.
Sin ella no se oye ningún sonido ni ninguna voz.
Su verdadera semilla está en los cuerpos sensibles.

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