domingo, junio 02, 2013

CCXVI b Amante agradecido a las lisonjas mentirosas de un sueño

     ¡Ay, Floralba! Soñé que te... ¿Direlo?   
 Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.  
 ¿Y quién, sino un amante que soñaba,  
 juntara tanto infierno a tanto cielo?  

     Mis llamas con tu nieve y con tu yelo,  5  
 cual suele opuestas flechas de su aljaba,  
 mezclaba Amor, y honesto las mezclaba,  
 como mi adoración en su desvelo.  

     Y dije: «Quiera Amor, quiera mi suerte,  
 que nunca duerma yo, si estoy despierto,  10  
 y que si duermo que jamás despierte.»  

    Mas desperté del dulce desconcierto;  
 y vi que estuve vivo con la muerte,  

 y vi que con la vida estaba muerto.   

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