Me dicen que van al cielo. Yo les digo que vengo de allá. To the moon and back. ¿Quién sinceramente abrazaría la idea de habitar el tapete de dios? Los cirros y los cúmulos apestan a sus ardorosos pies.
Siempre me
aburrieron los zoológicos con sus animales entumecidos por la pereza de la optometría humana. Mucho más me zozobra la idea de un parque de
constelaciones: la estrella de Venus, la flecha de Diana... el criadero de amantes de Zeus.
El mar es el gemelo
celoso del cielo. Hubo una época en que eran juntos, en que habían nacido del mismo plasma
materno, de la misma madre de parto caótico. Luego llegó su padre y los ordenó para la
foto. Una lástima, una vilipendiada alfombra de Alá.
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